Si vives en casa o departamento en Chile, es muy probable que en invierno te preocupe la cuenta de la luz que llegará en el mes siguiente debido al uso de la calefacción central. En Prothermic, te mostraremos cuánto cuesta tener calefacción central en Chile, incluyendo su mantención, para que puedas tener una idea clara de lo que debes esperar sobre el precio de calefacción central para una casa.
¿Qué es la calefacción central?
La calefacción central es un sistema de climatización que utiliza una única fuente de calor para calentar todo un edificio. En otras palabras, es un sistema que se encarga de calentar todos los espacios de una casa o edificio, en lugar de tener una calefacción individual en cada habitación.
¿Cuánto cuesta tener calefacción central en Chile?
El costo de tener calefacción central en Chile depende de varios factores, como el tamaño del edificio, la eficiencia energética del sistema, el tipo de combustible utilizado y la tarifa eléctrica de la zona en la que se encuentra el edificio.
De acuerdo a un estudio realizado por el Ministerio de Energía en Chile, el costo de calefacción central puede variar entre $110.000 y $350.000 pesos chilenos mensuales, dependiendo del tamaño de la vivienda y el tipo de combustible utilizado. En general, los sistemas de calefacción central que utilizan gas natural son los más económicos, mientras que los que utilizan electricidad son los más costosos.
¿Y el mantenimiento?
El mantenimiento de la calefacción central es un aspecto muy importante a considerar, ya que un sistema mal mantenido puede generar mayores costos de energía y, en algunos casos, incluso problemas de seguridad. En general, se recomienda realizar una mantención preventiva al menos una vez al año para evitar problemas mayores.
El costo de mantención de la calefacción central puede variar dependiendo del tipo de sistema y la empresa que realice el servicio. En general, se estima que el costo puede oscilar entre $50.000 y $150.000 pesos chilenos.
El costo de tener calefacción central en Chile puede variar significativamente dependiendo de varios factores, como el tamaño del edificio o la vivienda, el tipo de combustible utilizado y la eficiencia energética del sistema. En general, se recomienda realizar una mantención preventiva al menos una vez al año para evitar problemas mayores.
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